Que un proyecto salga hacia delante o que un grupo de trabajo funcione, en gran parte, depende de un buen líder que dirija, organice, delegue y sea respetado. Ya hablamos sobre los tipos de líderes en el trabajo pero, ¿Qué aspectos tienes que trabajar si quieres ser un buen líder?
Comunicación
Un buen líder tiene que saber comunicar y trasmitir a sus empleados o compañeros, pero también tiene que saber escuchar. El líder tiene que dar su opinión pero eso no significa que sea una verdad absoluta. Tiene que haber un feedback con los trabajadores.
Integridad
Hay que ganarse el respeto de los trabajadores y siendo íntegro lo conseguirás más fácilmente. Alguien que va con la verdad por delante y no traiciona a nadie será un ejemplo a seguir para todos. Además, de este modo evitarás moverte en un ambiente de trabajo hostil.
Conocimiento
Aunque no es el aspecto más importante, ya que un líder también puede rodearse de buena gente y triunfar coordinándolos, sí que facilita el proceso de toma de decisiones y el respeto de la gente que tienes a tu mando. No hay que olvidar que hay que estar en constante aprendizaje y atento a los últimos estudios y tendencias.
Decisión
Tiene que saber decidir y tomar la decisión en el momento que sea necesario. Ideas y opciones tenemos todos, pero elegir la correcta tiene unas responsabilidad que tiene que asumir el líder.
Motivación
Hay que saber motivar a los empleados y saber levantar el ánimo de uno mismo. Días difíciles los tenemos todos pero el líder tiene que sobreponerse y llegar al trabajo al 200% y, lo más importante, contagiarlo al resto.
Simpatía
Dar órdenes no significa ser un ogro con las personas a tu mando. Es recomendable ser igual de agradable con los trabajadores que como con los clientes. Escuchar los problemas y preocuparse por su gente hará que en los momentos difíciles tanto profesionales como personales te sientas respaldado.
Retroalimentación
Un buen líder se retroalimenta de su grupo. Él decide pero no es un dictador. Escuchar las ideas de los demás, lo que pueden aportar y las inquietudes que tengan puede aportarte conocimientos y diferentes visiones. Muy recomendable para no resultar autoritario y que la gente se sienta valorada.
Gestión tiempo
Por desgracia el tiempo es finito. Hay que organizar bien las tareas y aprovechar bien el tiempo que tenemos de trabajo. Si lo hacemos bien podremos incluso descansar y así no saturar a nuestra gente. Un buen líder entrega sus trabajos en el día o incluso antes.
Mejoría
Buscar la perfección no es malo, pero sí obsesionarse con ella. Siempre hay que intentar mejorar y perfeccionar las técnicas, tiempos de ejecución, tareas… pero siendo conscientes de que no siempre vamos a conseguirlo. Y no por ello tenemos que desesperarnos.
Control
Una persona no puede estar al tanto de todo. Puedes ser un genio y querer controlar cada cosa pero eso va a evitar que puedas aplicar todo tu potencial en ciertas tareas. Delega y haz jefes de equipo que te mantengan al tanto de todo pero sin estar pendiente de cada trabajo.
Aunar todos estos aspectos es muy complicado, sin embargo un buen líder trabaja por mejorar aquello de lo que carece y potencia aquello que tiene. Tiene que saber ser el mejor, o al menos intentarlo, con lo que tiene y no rendirse nunca